Cómo Entrenar, Calentar y Desarrollar Un Estilo Propio Para Tu voz

Mientras más esfuerzo hagas por pensar en lo que vas a decir y más practiques tu forma de hablar, más fácil se irá haciendo tu trabajo.

Calentar la voz y practicar son componentes importantes para fortalecer tu voz de radio. Por ejemplo, practica pronunciar palabras con claridad, tanto a paso rápido como lento. Habla con naturalidad y se tú mismo: no querrás sonar como un presentador de tarima.

Mientras más esfuerzo hagas por pensar en lo que vas a decir y más practiques tu forma de hablar, más fácil se irá haciendo tu trabajo.

A continuación, te presentamos 3 consejos de cómo desarrollar una voz poderosa, dúctil y agradable mediante el entrenamiento, el calentamiento y la creación de un estilo personal.

Abajo se describen algunos ejercicios bucales un poco difíciles de describir por escrito. Lee con cuidado las instrucciones y practícalos en tu casa. Puede ser en tu cuarto o en el baño donde nadie te interrumpa y no te cause vergüenza:

1. CÓMO ENTRENAR TU VOZ

a) Ejercita tus cuerdas vocales.

Para lograr una voz poderosa es necesario hacer un entrenamiento de fortalecimiento de tu voz. Elije palabras con sonidos específicos y repítelas subiendo y bajando las octavas de tu rango vocal. Repítelas de nuevo a un volumen más alto.

• Repite “Mm-mmm. Mmm-hmm«.

• Repite: «Nei, nei, nei» diez veces.

• Imita el sonido de una sirena usando las vocales, arriba y abajo de tu rango vocal.

En general, un buen locutor usa sus cuerdas vocales de manera rápida y con una tensión bien controlada.

b) Pronuncia bien.

Párate frente a un espejo y trata de decir cada palabra lenta y correctamente. No murmures. Recite trabalenguas a un ritmo rápido.

Si logras mejorar la articulación de las palabras seguramente podrás mejorar tu pronunciación en vivo y aprenderás a hablar más rápido.

• Intenta repetir al menos seis veces seguidas: «Tocar el güiro a Eulalio, el güero en el aéreo empíreo oirías, si el hielo aéreo la audición augurara«.

• Intenta repetir varias veces: «En Amecameca un mico al académico meco, babieca, enteco y caduco, un macuco caco saca; un macuco caco saca, al académico meco, caduco, entero y babieca, un mico, en Amecameca”.

c) Escucha una grabación de tu voz.

Conoce las cualidades de tu voz. Evalúa cómo manejas los errores y dónde puedes hacer mejoras. Si te equivocas cuando estás al aire, asegúrate de no disculparte por un error porque esto solo hará que la gente lo note más fácilmente.

Por ejemplo, si pronuncias mal una palabra, simplemente corrígela de inmediato y sigue como si nada.

2. CÓMO CALENTAR TU VOZ

a) Hidratación.

Bebe agua tibia o té con una rodaja de limón cuando te levantes por la mañana y durante todo el día. No bebas mucha azúcar o cafeína, lo que puede tener un efecto de sequedad en tu voz. Evita la leche y los productos lácteos que favorecen la producción de mocos.

• Es preferible tomar bebidas tibias en lugar de bebidas muy calientes o frías.

• Las manzanas verdes contienen pectina, que puede combatir la flema. Trata de beber jugo de manzana verde o comerte una manzana verde.

b) Relaja tu postura.

Relaja tus hombros, pero no los encojas ni te agaches. Mantén tu cuerpo erguido pero relajado. Haz ejercicios de postura para evitar encorvar tu espalda.

• Una buena postura mejora tu respiración diafragmática abdominal.

• Agacharse o encorvar tu espalda presiona la caja torácica, lo que dificulta la inhalación.

c) Controla tu respiración.

Abre una ventana, si es posible, para que el aire que respires sea más fresco. Respira profundamente sin levantar los hombros. Inhala por la nariz mientras cuentas hasta tres, haz una pausa y luego exhala fuerte mientras cuentas hasta ocho.

d) Lubrica tu voz con vapor.

Mantén un nivel de humedad de al menos 30% en tu entorno de trabajo. De ser posible, usa un humidificador. Aspira vapor con un nebulizador personal (disponible en farmacias) o mientras recibes una ducha caliente. También podrías verter agua hirviendo en el lavaplatos e inhalar el vapor.

• La inhalación de vapor humedece tu caja de voz y puede aliviar la irritación de las cuerdas vocales.

• No inhales vapor directamente de una olla de agua hirviendo o una estufa.

• Intenta humedecer una toallita con agua caliente, escurrirla y respirar a través de ella con la boca o la nariz.

e) Relaja la mandíbula.

Pon las muñecas de tus manos debajo de tus mejillas. Frota los músculos de la cara presionando hacia adentro y hacia abajo. Deja que la mandíbula se abra mientras masajea tu cara.

• Haz esto unas cuantas veces para calentar la boca y disminuir la tensión en la mandíbula.

• También puedes usar movimientos circulares para masajear tus músculos faciales.

f) Pon a vibrar su garganta y sus labios.

Haz vibrar tu garganta con el ejercicio “mmm/aaa”. Empieza exhalando un ligero sonido «hmmmm» a una octava baja que te resulte cómoda, seguido de un sonido «ahhh«. Y para vibrar tus labios, imita el sonido de un caballo: hazlos vibrar mientras exhalas, con la lengua relajada.

• Practica estos ejercicios subiendo y bajando el tono.

g) Haz vibrar tu lengua.

Pon la lengua detrás de tus dientes superiores. Exhala, vibrando su lengua en el sonido de una «erre». Mantenga el sonido. Haz esto en varios tonos, sin afectar tu nivel de comodidad.

• Este ejercicio ayuda a relajar la lengua al mismo tiempo que estimula la voz y la respiración.

h) Sube y baja octavas.

Estira tu voz comenzando en una octava baja y moviéndote hacia arriba diciendo “mi”. No trates de sobrepasar tu rango natural de bajos o altos. Más bien trata de ampliar el rango con cuidado en cada repetición.

Prueba también este ejercicio con los sonidos «i» y «u».

3. DESARROLLA TU PROPIO ESTILO VOCAL

a) Mantén tu voz natural.

Mantén el tono normal de una conversación. Lee de manera relajada para atraer al oyente. Evita una locución demasiado formal. Imagina que estás leyendo en voz alta para ti mismo o con una persona al frente. Haz que las palabras cobren vida como si estuvieras contando una historia.

• El genial locutor estadounidense Casey Kasem aconsejaba imaginarse el micrófono como si fuera un violín elegante con el que se quiere expresar un sentimiento profundo.

b) No dejes ‘en punta’ una frase o un pensamiento.

Expresa tus ideas de manera completa y fuerte de principio a fin. No dejes una idea sin terminar. Mantén un enfoque y un volumen constantes. Procura que tu locución suene igual al principio de la frase y al final. No dejes que tu voz se vaya apagando.

• Por ejemplo, no uses todo el aire hasta que te ahogues. Más bien haz una pausa para inhalar rápidamente y luego continúa hablando.

c) Se auténtico.

Enfócate en sonar como tú mismo. No trates de fingir una voz para sonar parecido a alguien o para cumplir con el estereotipo de un locutor.

Si vienes de otra ciudad o país, no trates de imitar un acento regional o usar dichos locales. El oyente lo notará inmediatamente. Se sincero y la gente querrá escucharte.

• Es posible que tengas locutores a quienes admiras, pero no trates de sonar como ellos. Tu singularidad es lo que marcará tu diferencia.

• Usa esa voz interior, esa que escuchas en tu cabeza cuando estás leyendo una historia para ti mismo.

d) Conéctate con tu audiencia.

Investiga noticias y temas actuales de interés. Prepara puntos de conversación y notas. No hables de lo que tú quieres sino de lo que tu audiencia querría que le hablaran.

• Busca temas interesantes en internet, en redes y en medios tradicionales para obtener información sobre tendencias y entender de qué es de lo que los oyentes están hablando.

Conclusión

Aunque lleves muchos años trabajando con tu voz, siempre habrá formas de mejorar tu dicción, tu tono y tu estilo. Algunos de estos ejercicios pueden parecer tontos o banales, pero si los practicas con cuidado muy pronto notarás cambios en la forma de hablar con tu público.

 

Fuente: Tito López  – Radio Notas (radionotas.com)
20 de mayo de 2022